En los años ochenta, a las señoras les ponían un almohadón en los pies. Afortunadamente, la costumbre se ha perdido. ¿Existe un stock de almohadones enmohecidos?
Sin almohadones en los pies, la sala relumbra como ayer. La familia Monje mantiene el lustre, frota que frotarás, de su gran restaurante. En la sala, servicio clásico, muy bien llevado. En la cocina, renovación moderada al mando de Sergi Humada (Arzak, Celler de Can Roca, Can Fabes…).
Disfruto como un enano con el cocktail de bienvenida, con base de ginebra y Campari que prepara el señor Ramos. El variado de setas, al que llaman «bosc» (¿hay uno en cada carta?), me hace salivar, cuando lo como y cuando lo recuerdo. Excelente el dim sum de gamba y langostino y el dashi que lo acompaña. Infalible el huevo a baja temperatura, salsa de foie i trufa blanca, plato de otro tiempo. Para algunos de los comensales habituales la crisis es un rumor.
El plato más importante, mítico: cannetón a la presse, ave migratoria que ha volado desde La Tour d’Argent a la calle Ganduixer. Denso, sabroso, perfecto.
Importante maridaje de vinos. La bodega contiene un arsenal de caldos que oscilan de los 15 hasta varios miles de euros.
Via Veneto es un restaurante tan de otro tiempo que resulta rabiosamente moderno.
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Via Veneto: Ganduixer, 10. Barcelona. Teléfono: 932007244. Mapa.
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