Tómese la foto con un plato vacío a modo de homenaje. Contenía una ostra escabechada, y con mucha historia que me cuenta Sacha Hormaechea. La sorbo directamente de la cerámica, ahorrándole el filo del cuchillo.
La ostra es tan sólo el primero de los platos que llegarán a nuestra mesa, a pesar de que la recomendación de Sacha, cuando se la pedimos, es que vayamos a otro restaurante, «a uno de verdad».